El año de 1929, 8 de septiembre de se erigió canónicamente la Vicaría de San Vicente de Paúl, segregada del territorio de la Parroquia de Nuestra Señora de Lourdes (Chapinero) bajo la acertada dirección del Señor Presbítero D. José Joaquín Caycedo Álvarez, benemérito Sacerdote de la Arquidiócesis de Bogotá, quien en compañía del entonces Presbítero Emilio de Brigard Ortiz, que luego fue Arzobispo Auxiliar y gloria de la Iglesia y de la Sociedad de Bogotá, se dedicaron a la ardua y desinteresada labor de la Evangelización en todo el territorio que se extendía prácticamente hasta Engativá.
En esa forma se comenzó a preparar la futura parroquia, formando en los feligreses que habitaban el mencionado territorio, el conocimiento de Dios y el amor al prójimo, por medio de la enseñanza del catecismo y la administración de los Sacramentos del bautismo, de la penitencia y la Eucaristía.
Madura ya la futura feligresía, ya que, el Señor la había colocado en tan buenas manos, se dispuso todo lo necesario para dar vida propia a la Comunidad, con la erección de la parroquia, bajo el patrocinio de San Vicente de Paúl y según Decreto del Ilustrísimo Señor Arzobispo Ismael Perdomo del 22 de julio de 1935 (Decreto No. 20).
Era apenas natural que el Ilustrísimo Señor Arzobispo Perdomo, de santa memoria, encargará los destinos de la Parroquia al mismo sacerdote que con virtudes eminentemente sacerdotales había preparado la erección de la parroquia, es decir, al Señor Pbro. D. José Joaquín Caycedo Álvarez. Dicho sacerdote permaneció al servicio de la Parroquia hasta el año de 1962, cuando fue nombrado por el Ilustrísimo Señor Arzobispo Luis Concha, Canónigo de la Catedral Primada y Vicario de la parroquia de la Catedral. Fue sucedido por el entonces Presbítero D. Joaquín García Ordóñez, que luego fue Obispo de Santa Rosa de Osos. Con su celo ejemplar continuó la maravillosa labor de su antecesor.
(Nota histórica de Andrés Vargas Pbro. Párroco.)
